Nuestra lista de nunca
Ingredientes que no utilizamos
- Ftalatos y parabenos — Potenciales disruptores endocrinos; algunos estudios sugieren efectos sobre la fertilidad y el desarrollo. Varias normativas ya limitan o prohíben su uso.
- Formaldehído — Clasificado como carcinógeno en altas concentraciones y conocido por causar irritación cutánea y respiratoria. Su uso está estrictamente regulado.
- Oxibenzona y octinoxato — Filtran los rayos UV, pero están asociados al blanqueamiento y deterioro de los arrecifes de coral. Muchas regiones ya los han prohibido en protectores solares.
- Fragancias sintéticas — Mezclas no transparentes que pueden contener múltiples alérgenos e irritantes. Evitamos su uso para proteger tu piel y la del planeta.
- Colorantes de alquitrán de hulla — Algunos están vinculados a carcinogenicidad y presentan riesgo de irritación cutánea.
- Talco — Puede inhalarse fácilmente y su relación con el cáncer de ovario ha generado controversia, aunque la evidencia aún no es concluyente.
- Sulfatos (SLS, SLES) — Agentes limpiadores muy eficaces, pero tienden a resecar piel y cabello.
- Retinol — Aunque es un potente activo antiedad, aumenta la fotosensibilidad y puede provocar irritación.
- Hidroquinona — Despigmentante de eficacia comprobada, pero con posibles efectos secundarios como hiperpigmentación desigual.
- Metilisotiazolinona y metilcloroisotiazolinona — Conservantes asociados a reacciones alérgicas severas en pieles sensibles.
- Microplásticos — Partículas sintéticas que contaminan océanos y fauna marina; no forman parte de nuestras fórmulas.
- Glicoles y siliconas etoxiladas — Compuestos de lenta degradación que pueden acumularse en el medio ambiente y el agua.
- Polímeros sintéticos y derivados de petrolato — Poco biodegradables y de alto impacto medioambiental en su producción y desecho.
- Acrilatos y etanolaminas — Persistentes y potencialmente irritantes; algunas pueden contener impurezas nocivas.
- Sales de amonio cuaternario — Tóxicas para la vida acuática cuando se enjuagan al medio ambiente.
- Derivados etoxilados (PEG, PPG y 1,4-dioxano) — Empleados como emulsificantes o espesantes; pueden contener 1,4-dioxano, un subproducto potencialmente carcinogénico.
- Triclosán y triclocarbán — Antibacterianos sintéticos relacionados con alteraciones hormonales y resistencia bacteriana; frecuentes en jabones y desodorantes.
- BHA (butilhidroxianisol) y BHT (butilhidroxitolueno) — Antioxidantes sintéticos usados para estabilizar aceites, asociados a posible disrupción endocrina y acumulación en el organismo.
- Compuestos perfluorados (PFAS) — Utilizados para conferir propiedades repelentes al agua o al aceite; son extremadamente persistentes en el medio ambiente y se bioacumulan.
- Fenoxietanol — Conservante ampliamente usado como alternativa al formaldehído, pero puede causar irritación y, en concentraciones elevadas, efectos sistémicos.
La mera presencia de un ingrediente no siempre implica un riesgo elevado; dependen la concentración, el modo de uso y las evaluaciones regulatorias. No obstante, en TEIA preferimos apostar por alternativas más seguras y sostenibles.
En TEIA decidimos no utilizar estos y cientos de otros ingredientes ya que no existe investigación contundente para asegurar que no son dañinos. De algunos ya hay investigación contundente del daño que pueden llegar a ocasionar.
Si tienes duda sobre alguno de los ingredientes que usamos o los que decidimos no utilizar, contáctanos y con gusto resolveremos tus preguntas.